Pipo nació en mi casa, viendo cómo mis gatos arruinaban sillones y llenaban todo de pelos. Yo había dejado mi trabajo de durlero y buscaba crear algo que realmente sirviera. Al notar que en Argentina casi no había soluciones accesibles, entendí que si a mí me pasaba, seguro había miles de personas igual.
Así nació Pipo: una marca pensada para quienes aman a sus gatos pero no quieren que su casa quede destruida. Nuestros productos cuidan muebles y ropa, mientras le dan diversión y confort a las mascotas.
Lo que me mueve es ayudar. Creo que la vida de las mascotas importa, y que cada producto debería reflejar ese cuidado. Quiero que cada cliente que elija Pipo sienta tranquilidad y diga: “por fin encontré la solución”.
No fue fácil: nunca había usado una computadora y pensé que con una web ya estaba todo hecho. Me equivoqué. Aprendí que hacen falta orden, constancia y disciplina. Cada error me ayudó a crecer, como emprendedor y como persona.
Hoy sé que todo se logra con paciencia y organización. Mi sueño es que Pipo sea una comunidad reconocida de amantes de los gatos, y que cada persona que nos elija encuentre soluciones reales para su hogar.
Uso mis propios productos porque resuelven los mismos problemas que tengo en mi casa. Para mí, Pipo no es solo un negocio: es la oportunidad de mejorar la vida de las personas y de sus mascotas, un pequeño cambio que hace una gran diferencia en cada familia.
La vida de PIPO en imagenes
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